Amanecer en el Estrecho |
El pasado martes nos embarcamos
de nuevo en Tarifa, justo antes de los fuertes vientos de levante que las
predicciones daban para el resto de la semana. Los pescadores empezaron a calar los anzuelos durante el
amanecer. Pese a ser el momento de mayor actividad de algunas aves marinas como
las pardelas baleares (Puffinus
mauretanicus) y cenicientas (Calonectris
diomedea), éstas no se dejaron ver y ninguna ave interaccionó (siguió) con
la embarcación.
Durante el resto del día
solamente una par de gaviotas patiamarillas (Larus michahellis) interaccionaron tímidamente en las operaciones
de calada. Durante el izado ninguna.
Los que sí pudimos ver de nuevo, fueron los delfines mulares (Tursiops truncatus), un grupo de entre 2 y 4
individuos pasó navegando junto a la embarcación.
Además de los problemas sociales y legales que presenta el Estrecho por
ser un territorio de frontera, se le tiene que sumar un denso tráfico marítimo
de mercantes y petroleros, ya que es la puerta de entrada a Europa de un gran número
de mercancías. Este hecho añade un riesgo potencial de vertidos, al que las
aves marinas son muy sensibles. Los
pescadores también perciben ésta, como una de las causas principales de
deterioro del medio marino en el Estrecho.
Mercante y "voracera" |
Parece que la próxima semana el levante dará tregua, así que tenemos
previsto embarcarnos desde Tarifa, La Línea y estrenarnos en el puerto de
Algeciras.
Hasta la próxima!
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