La pardela
cenicienta (Calonectris diomedea) es la más grande de las pardelas que
se reproducen en el Mediterráneo. Como todas las pardelas, la cenicienta pertenece
al mismo grupo zoológico que los grandes e impresionantes albatros de los mares
australes, y es, como aquellos, experta en aprovechar los constantes vientos
que soplan sobre la superficie de los océanos para recorrer enormes distancias.
Es por ello
que sus migraciones resultan espectaculares, siguiendo una compleja ruta de ida y vuelta para viajar desde sus zonas
de cría, en el Hemisferio Norte, a las zonas de invernada, en el Hemisferio
Sur, y volver a retornar. Las rutas migratorias de las pardelas cenicientas nos
han demostrado que, en lo que respecta a las aves, el camino recto no siempre
es el más fácil. Para maximizar el uso de los vientos, sus rutas pueden ser
mucho más largas de lo que uno esperaría, a simple vista, mirando un mapamundi:
¡su viaje puede ser de entre 15.000 y 35.000 kilómetros!, dibujando en muchos
casos una especie de lazo que las lleva a cruzar dos veces el océano Atlántico,
a cambio de viajar siempre con el viento a favor. La idea es simple: más
distancia, pero menos esfuerzo.
La pardela cenicienta guarda
muchos más aspectos sorprendentes y dignos de resaltar, aunque no todos sean
por mérito propio. Desafortunadamente, al igual que muchas especies de
albatros, esta especie se encuentra en declive a nivel global. La mortalidad
no natural, causada por problemas derivados de la actividad humana, es muy
elevada: la introducción de mamíferos en las colonias de cría (gatos
domésticos, ratas y ratones), que depredan sus huevos y pollos, la
contaminación de los océanos, así como las
capturas accidentales en artes de pesca como el palangre, son sus
principales amenazas.
El problema de la mortalidad de esta especie por causa de la actividad pesquera se ha documentado tanto en sus áreas de cría como de invernada. Particularmente en el Mediterráneo español, existe una destacada área pesquera donde opera una importante flota de carácter pelágico y semi-pelágico, enfocada principalmente en la captura de pez espada (Xiphias gladius) y dos especies de atún (Thunnus thynnus y Thunnus alalunga). Como ya os hemos contado, el proyecto que estamos desarrollando trata de conseguir información relevante y actualizada sobre la mortalidad de aves marinas a causa de la actividad pesquera en nuestras costas, y más aún, intentar comprender qué factores condicionan esta mortalidad, pudiendo así desarrollar metodologías o medidas de gestión que permitan reducir este impacto. Aunque aún estamos en la fase inicial de recogida de datos, la información de la que disponemos de estudios precedentes nos pueden dar noción de la gravedad del problema: datos publicados a principios de la década pasada cifraron, en torno a las Islas Columbretes, entre 650 y casi 3000 aves muertas por artes de pesca, de las cuales un 66% fueron pardelas cenicientas, la mayoría adultos, con el consecuente fracaso reproductor de las parejas afectadas. Al ser una especie longeva y con un único pollo por pareja y año, la mortalidad de aves en edad reproductora puede provocar graves declives en sus poblaciones en un corto período de tiempo.
Recientemente miembros de nuestro equipo han elaborado una revisión completa y actualizada sobre la pardela cenicienta, dentro de La Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles, proyecto digital del CSIC y del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, que pretende ofrecer información lo más completa y actualizada posible sobre la historia natural de las especies de vertebrados de nuestra fauna. Allí podréis ampliar información tanto sobre el estatus de conservación de la pardela cenicienta como sobre todo lo relativo a su biología. Podéis consultar esta revisión en:
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